Con respecto a lo que platicamos el jueves pasado en el taller, sobre los niños que no están normalizados, retomo algunos puntos que pueden ayudarnos en este momento a tener un mejor ambiente en nuestro atrio y teniendo en cuenta nuestro objetivo: el atrio es el lugar donde vamos todos a trabajar para conocer y escuchar a Dios.
Preparar el ambiente: antes de cada sesión es importante preparar el ambiente para proporcionar a los niños INDEPENDENCIA Y AUTONOMÍA.
EL AMBIENTE: esta constituido por el material, pero ante todo por las personas. Necesitamos prepararnos, nosotros, catequistas y observadoras.
Llegar siempre puntualmente, de preferencia 15 minutos antes para hacer oración y revisar que todo este completo, en su lugar y el material necesario.
Los niños también necesitan prepararse antes de iniciar la sesión, sobre todo después de un período de vacaciones, entonces, podemos
· Hacer oración con ellos pidiendo Espíritu Santo.
· Recordar con ellos a que venimos al atrio. Dialogar con ellos sobre qué es el atrio: “Es el lugar especial donde venimos todos a conocer a Jesús, a trabajar y hablar con El”. Por lo tanto, ¿cómo hablamos en el atrio, cómo caminamos, cmo usamos el material, respetamos el trabajo de nuestros compañeros´?, etc. Reglas por escrito.
ACTIVIDADES Y ACTITUDES PARA LOS NIÑOS QUE NO ESTEN CONCENTRADOS Y EN ORDEN.
Con firmeza y consistencia hablar con ellos afuera del atrio de manera personal con cada uno:
· Preguntarle si necesita algo, es decir, tratar de saber el motivo de su actitud y comportamiento desafiante dentro del atrio.
· Dialogar con el, para que se haga de nuevo consciente de cómo se trabaja en el atrio, de cómo ha sido su actitud en las últimas sesiones y aclararle que debido a esa actitud ha perdido el derecho a escoger su trabajo, hasta que vaya cambiando su manera de trabajar y de comportarse en el atrio.
· La catequista le dará el trabajo a realizar en las siguientes sesiones, el cual será copiar libros, ya sean de milagros, de la Pasión o Parábolas, sentado apartado de sus compañeros para no interrumpirlos.
· Más adelante le podrá proponer algún trabajo de movimiento o de vida práctica que no requiera mucha concentración, ej. Ordenar lápices de colores, sacarles punta, limpiar mantelitos, barrer, caminar lentamente por el salón o afuera, sentarse cómodamente un tiempo a pensar (pero lejos de los compañeros).
Los límites son necesarios, no sólo para el trabajo en la catequesis, sino para el desarrollo del niño y del ser humano en general.
Las invito a leer de nuevo la siguiente bibliografía:
“Catequesis del Buen Pastor. Compendio” págs. 23-28
“Algunos Principios Montessorianos Aplicados a la Catequesis de los Niños”, Gianna Gobbi. Capitulos: El Ambiente, El adulto y El material.
Les recuerdo también platicar por grupos con los niños sobre la Celebración que tendremos la próxima semana del Anuncio a la Invitación a la Mesa del Señor.
Les deseo que tengan una hermosa semana y que el Espíritu Santo nos llene de su luz .
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